Flotando a años luz,
vuelo.
Como un niño.
Atónito,
abro mis ojos
y miro
un mundo nuevo,
lleno de deseos,
lleno de sueños.
Como un niño veo
amarillos, negros,
verdes, rojos, unidos.
Una explosión de color
y todo se ha vuelto
distinto.
El centro del mundo
ya no está en los circos,
ni en los parlamentos.
Ya no lo dirigen
los viejos ricos,
los viejos ricos,
ni sus sabuesos.
El centro del mundo
está aquí,
está aquí,
en la Plaza del Carmen,
en la Puerta del Sol,
y yo vengo de verlo.
Como un niño.
Como un niño.
Miles de personas
lo piden a gritos,
y yo te lo cuento:
El hilo que sostiene
la cometa de la utopía
se ha roto
y ahora,
ya nadie
ya nadie
puede detenernos.
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Jesús Díaz-Rodríguez